Que sólo alguien te quite el sueño

No dejes que nada te quite el sueño. No permitas que nada te quite el placer que deja en tu cuerpo y en tu mente un sueño reparador. Nada debe tener ese poder. Es un poder reservado sólo para nosotros, las personas que transitamos por este mundo. Por eso date la oportunidad de que alguien se cuele en tus sueños para mantenerte despierto. Sólo ese alguien podrá tenerte en vela pensándole toda la noche. 

Ábrele la puerta a esa persona que hoy está lejos, lejos quizá también de tu mundo, y que sólo se asoma aquellas noches en las que decide hacerlo. Rebelde. Contra todo pronóstico. Desobediente cuando le invocas y dulce en cuanto aparece. Déjate acariciar por su presencia. Déjate besar por sus palabras. Siente su aroma una vez más, sólo una vez más. Imagina lo que pudo ser sabiendo lo que un día fue. Juega con su mirada despreocupada. Empápate de su voz. Déjate llevar por sus silencios porque silencio es lo único que vas a encontrar al amanecer. Es el regalo que te trae el sol con su primer haz de luz. Un regalo envenenado que deja consigo la añoranza de ese amor soñado, de ese encuentro irreal, de una realidad imposible. 


Pero sólo será imposible al amanecer. Hasta entonces vive cada detalle. No dejes de acariciar una piel que una vez te resultó suave, no guardes en tu garganta aquellas palabras que un día quisiste decirle. No lo hagas, porque ya no tienes nada que perder. Los sueños sueños son y con ellos puedes hacer lo que quieras. Son tuyos y te pertenecen. Permítete horas de locura insomne pero no mires el reloj porque si lo haces no se detiene. Olvídate del tiempo y concéntrate sólo en el espacio. Ese que ahora te rodea, que os rodea. El tiempo ya se encargará de llamar a tu puerta cuando menos lo esperes o, al menos, cuando peor te venga. Seguro que lo hace dejando algo a medias. Lo que falta hasta completar esa historia inacabada volverá. Tarde o temprano lo hará. 

Será otra noche en la que no podrás dormir y así hasta que esa persona también desaparezca de tus sueños. De tu vida ya lo ha hecho, hace tiempo. Pero te agarras a su recuerdo. Por eso viene, cada vez de manera más espaciada, con menos frecuencia. Un día sabes que dejará de hacerlo y entonces... habrás conseguido pasar la página que cierre el capítulo. 


Comentarios

  1. Aún no he descubierto el motivo de por qué unas veces recordamos lo soñado y otras no. A mi me pasa que la gran mayoría de las veces no me acuerdo de lo soñado y, por tanto, no puedo disfrutarlo. Pero desde luego, a través de la realidad onírica se pueden experimentar las mismas sensaciones y sentimientos que el mundo real. Es maravilloso, como lo es leerte. Fantástico tu post.

    Un saludo,
    JL

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