Tu voz. Sólo tu voz

Estar unos días sin poder hablar (o intentando no hablar) tiene su aquel. Te das cuenta de que hay voces que no puedes callar. Como bien dice Risto Mejide en su columna de este domingo en El Periódico, son esas voces interiores, que te guían, que te ayudan y a veces hasta te complican la vida. Es la voz de tu conciencia, el ángel y el demonio que aparecen sobre tus hombros cuando estás en un cruce de caminos y buscas respuesta sobre cual es la mejor opción sin ser consciente de que al final la mejor será la que tú escojas. Así de sencillo. Es ese yin-yang interior que sencillamente aparece a veces para ponerte la vida patas arriba. 

A esta voz nunca la puedes callar. Aunque quieras, no podrás. No debes hacerlo. Siempre está ahí, aunque en ocasiones sólo la intuyas porque aparece tenue, tímida, como con miedo a molestar. Otras veces te grita, te arenga como si fuera un entrenador de fútbol, te regaña e incluso te castiga, te obliga a levantarte y a mirar para adelante. Muchas veces te quita la venda de los ojos y te invita a sonreírle a la vida para plantarle cara, por ejemplo, a ese invento del Blue Monday que dicen que es el día más triste del año (hoy, por cierto, 19 de enero) según no se qué fórmula matemática. 


Esa es realmente tu voz y no la que emiten tus cuerdas vocales. Es tu yo interior, al margen de influencias externas. Una voz esculpida a base de experiencia, de aciertos y errores, de caídas y de remontadas. Es la más sincera porque es la única capaz de escuchar a la vez a tu cabeza y, lo más importante, a tu corazón. 

En ocasiones no la escuchamos porque no tenemos tiempo, inmersos en nuestro frenético día a día, y nos resulta más sencillo escuchar otras voces, las de nuestro entorno, las que creemos que realmente nos ayudan. Y sí, lo hacen, tampoco seamos injustos. Pero esas voces también nos influencian. La nuestra siempre va a ser sincera  y no se va a cortar a la hora de pronunciarse. No nos debe nada. También sabe decirnos lo que jamás querríamos oír. En esas ocasiones duele, duele mucho, pero se lo terminas agradeciendo. Créeme. 

Es la voz que nos guía en nuestra ruta hacia ninguna parte. En nuestro camino por la vida. 

Esa nunca debe callarse. 

"La verdad es lo que te dice tu voz interior" 
(Mahatma Ghandi)


Comentarios

  1. Como siempre, precioso tu artículo... Y lo dicen precisamente la voz y la risa más bonitas del panorama radiofónico... :-) Me alegro de que ya estés recuperada! Salu2

    ResponderEliminar

Publicar un comentario