"Queridos Reyes Magos..."

"... como este año he sido buena quiero (...)". En realidad no sé si este año he sido demasiado buena, pero lo que tengo claro es que no quiero nada, al menos nada tangible. Me cuentan en la familia que nunca he sido yo muy de pedir, que aún siendo niña les costaba horrores que escribiera mi carta a los Reyes Magos. Eso no lo he cambiado con la edad, pero tampoco quiero hacerlo. Ahora de mayor disfruto ejerciendo las tareas de Paje Real, buscando el regalo perfecto para cada una de las personas importantes de mi vida que esta noche se irán a la cama con la ilusión de estar viviendo la noche más mágica del año. Porque esta es una noche mágica se pongan como se pongan quienes un día decidieron quitarnos la venda de los ojos y empujarnos a un mundo de realidad. 


Recuerdo todavía a la perfección un año en el que los Reyes Magos entraron en mi casa, con camellos y todo. Los oí perfectamente porque hicieron mucho ruido. Eran ellos, estoy segura. Quizá no tanto, pero el ruido existió y eso no me lo puede negar nadie. Quienes fueran los causantes, eso ya está en mi imaginación y yo decido qué hacer con ella. Es algo así como cuando te vas a la cama dispuesta a soñar con la seguridad de que lo que pase en tus sueños te va a pertenecer a ti, sólo a ti. 

Quienes nos quitaron la venda de los ojos se empeñaron en arrebatarnos la inocencia. Sí, la inocencia de aquellos años en los que se nos permitía vivir en un mundo en el que "no moría nadie", como diría Alejandro Sanz en Twitter para despedir al maestro Paco de Lucía. Ese mundo de fantasía infantil, con la edad, va quedando atrás, cada vez más lejos. Pero nuestro niño no se queda en él, viene con nosotros, nos acompaña en el camino de la vida. Sólo hay que saber buscar el lugar en el que se encuentra y rescatarlo de vez en cuando, al menos una vez al año, al menos esta noche. 

Yo hoy me voy a permitir ser niña de nuevo. Volveré a dejarles a Sus Majestades los Reyes Magos de Oriente un poco de turrón y leche para sus camellos. Porque sí, la magia existe y los sueños se cumplen. Y esta noche para todos, grandes y pequeños, es LA NOCHE MÁS MÁGICA DEL AÑO



"... por todo eso, si esta noche encuentro carbón (dulce) junto a mi árbol de Navidad, será el mejor regalo que podréis hacerme. Significará que habréis pasado por casa y me habréis permitido volver a ser niña por unas horas". 

Comentarios

Publicar un comentario