Volviendo a los 15 años

Marco se ha marchado para no volver
el tren de la mañana llega sin él
es sólo un corazón con alma de metal
en esa niebla gris que envuelve la ciudad
Su banco está vacío, Marco sigue en mi
le siento respirar pienso que sigue aquí
ni la distancia enorme puede dividir
dos corazones y un solo latir.

Laura Pausini


¿Quién no ha cantado este clásico de la artista italiana? Todavía me acuerdo de cuando, junto a mis amigas, cantábamos esta canción a voz en grito en el patio del colegio. Nos parecía tan grande la italiana y nos sentíamos tan mayores hablando de ese amor que se llamaba Marco... ¡Qué tiempos aquellos!

Como veis he empezado la semana muy de remember, recordando mi preadolescencia. Pero todo tiene su sentido ¿eh? ¡No me he vuelto loca de repente! El sábado Laura Pausini ofreció un concierto, bueno, un conciertazo, en Madrid con motivo de sus 20 años en el mundo de la música. Su único concierto en España en el que la italiana hizo un repaso por sus dos décadas de música, desde La soledad (que encabeza este post) hasta el Víveme que ha grabado junto a Alejandro Sanz. Fue uno de esos recitales (como algunos los siguen llamando) que cuesta que se te borren de la memoria, por la calidad vocal y humana que mostró la artista. 

De lo primero no cabe duda. Oír a Laura Pausini en directo es todo un lujo, una voz impecable, elegante, potente... Decía una pareja que estaba sentada a mi lado que "La Pausini" en directo sonaba mejor que en el CD. Y es cierto, es un auténtico espectáculo. Sobre la calidad humana, aquí tengo que reconocer que me sorprendió la soltura con la que se manejaba en nuestro idioma y la cercanía con la que hablaba a las más de 10.000 personas que llenaban el Palacio de los Deportes. Ella decía que quería desnudar su alma ante Madriz (sí, muy castiza ella) y lo consiguió. El sábado conocimos el origen de muchas de sus canciones. Una de ellas, la historia que más me conmovió, fue la de su abuela, fallecida hace algunos años, y a la que la artista estaba muy unida. De esta historia surgió uno de sus temas más bonitos, En cambio no.


Otra de las anécdotas estaba protagonizada por su hermana y su anuncio de boda. Laura recuerda la ilusión que le hizo recibir la noticia, aunque era la hermana pequeña la que se casaba antes que ella. Le preguntó a su hermana que cual era la canción que tenía la pareja para poder interpretarla durante la ceremonia, a lo que la hermana le respondió que no tenían tal canción. "¡La hermana de Laura Pausini no tiene canción de amor! ¿cómo puede ser". Contó que enseguida se metió en el estudio de grabación y que escribió una canción para todos aquellos que estuvieran enamorados, "independientemente del sexo o la raza".  

Entrañable, Pausini quiso terminar el concierto mostrando al mundo lo que ahora ocupa su corazón, a su pequeña Paola que, justo el sábado, celebraba su primer cumpleaños. Todo el estadio celebró con ella el aniversario de su pequeña cantándole en español a su niña el Cumpleaños feliz. 

Después de dos horas y media de concierto, las luces del Palacio de los Deportes se encendieron pero el show no había terminado. Cercana y agradecida, Laura Pausini decidió volver a salir al escenario para acercarse a su público y firmar autógrafos a los que estaban en las primeras filas. Un gesto con el que demostró lo mucho que quiere a su público español. 

Aquí os dejo algunas de las fotos que hice durante el concierto. No tienen muy buena calidad pero es que el teléfono no daba para mucho más. 






¡Ah! para mañana estoy preparando un post sobre los Premios Goya y la alfombra roja. Los vestidos que más me gustaron, lo que menos, las anécdotas... 

¡Nos leemos mañana! ¡Feliz lunes! 

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