La vida se fue a negro

Sin esperarlo y sin avisar se fue el día a negro para cientos de familias. Una rutina, coger el tren por la mañana para ir a trabajar, como tantos días, como tantos años, se convirtió en una trampa. Fue una jugarreta del destino. Ese tren y no otro llevaba marcado el final. "Si hubiera cogido el anterior, si hubiera sacado el coche a pesar del atasco..." Ya nada importaba. Era ese tren y era ese día, marcado en el calendario de todos los españoles desde hace ya once años. 

Un 11 de marzo en el que muchas vidas se fueron a negro. Se apagaron. Se fueron sin querer irse porque alguien decidió que así fuera. Se apagaron 192 corazones pero miles dejaron de latir por un momento. Para otros cientos, el latido desde entonces es más pausado. Es el latido de un corazón al que le han arrebatado la pieza que hace funcionar la maquinaria. Esa pieza que ahora es rabia por ser víctima de una injusticia, de la mayor de las injusticias. 


Mi Madrid fue testigo de la mayor barbarie que ha vivido nuestro país en la historia. Madrid vio morir a 192 personas cuya única culpa fue levantarse por la mañana y coger el tren. Ese tren. Esos trenes. Hoy recordamos a todas las víctimas del 11-M, a todas las familias que enterraron un pedazo de su alma con sus seres queridos. Les recordamos porque vuelve a ser 11 de marzo, pero en realidad nunca les hemos olvidado. Y no nos acordamos de ellos porque en la estación de Atocha se construyera un monumento en su nombre o porque el parque de El Retiro albergue el Bosque del Recuerdo. Les recordamos porque todos los españoles perdimos algo aquel día. Algunos, además, nos dimos de bruces con la barbarie del terrorismo después de haber vivido los últimos 19 años en la burbuja de una pequeña isla del Mediterráneo.


Vuelve a ser 11 de marzo. Hasta once "marzos" hemos arrancado del calendario desde entonces y todavía queda mucho por hacer. Lo primero, ponernos de acuerdo para hacerlo desde la unidad. Sólo así lograremos el objetivo: luchar por la paz y la libertad. Luchar contra la violencia. 



"Dices que me quieres y yo te regalo el último soplo de mi corazón" 
(Jueves, La Oreja de Van Gogh)

Comentarios

  1. Que razón tienes Marta, a todos se nos paró un poco el corazón ese fatídico día, y ya nunca volvió a ser nada igual, si yo lo siento así, no me puedo imaginar cómo se sintieron los afectados. El destino quiso que ese mismo día pero 5 años después naciera mi hijo mayor que hoy hace 6 añitos, desde entonces el día no es tan gris. Besos

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  2. Precioso texto Marta, recuerdo ese día perfectamente, como todos los españoles, como todos los madrileños, a Madrid le arrancaron un pedazo de alma ese día, y como todos y cada uno de los 11 de marzo, Madrid llora, todos lloramos.
    Lara

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